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roberto dos santos gonçalves, escultor

cerámica y vidrio


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Cuatro Docenas y Dos Dozavos: [4(12) + 2(1/12)]

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"Bajé; por un caos de sórdidas galerías llegué a una vasta cámara circular, apenas visible. Había nueve puertas en aquel sótano; ocho daban a un laberinto que falazmente desembocaba en la misma cámara; la novena (a través de otro laberinto) daba a una segunda cámara circular, igual que la primera. Ignoro el número total de las cámaras; mi desventura y mi ansiedad las multiplicaron."

EL INMORTAL - Jorge Luis Borges


 

"Igualmente todas las partes del universo convienen para explicar su existencia, por la misma razón se dice que no solo a la belleza se debe que cada cosa se mantenga igual a sí misma, sino también que todas juntas establezcan recíproca comunión cada una según sus propias propiedades."

COMENTARIOS A LOS NOMBRES DIVINOS - Tomás de Aquino (siglo XIII)

 


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"La altura del capitel corintio debería ser del diámetro inferior de la columna, y una sexta parte adicional que se destina al ábaco. El remanente se divide en tres partes iguales; la primera corresponde a la primera hoja, la segunda a la segunda,  y la tercera se divide nuevamente en dos partes. En aquella parte cercana al ábaco deben ubicarse los caulículos o vástagos, con sus hojas, pareciendo soportados por éstas, y desde las que ascienden; por lo tanto, los vástagos o pedúnculos deberían ser gruesos donde nacen, e ir adelgazando gradualmente con su plegadura, imitando, de ese modo a las plantas, que son más gruesas en la parte donde brotan que en los extremos de sus ramas.

La campana, que es el cuerpo del capitel bajo las hojas, debería caer perpendicularmente en las acanaladuras de las columnas. Para formar el ábaco, y darle una proyección apropiada, se hace un cuadrado, cada lado debe ser de módulo y medio, con las diagonales dibujadas, en medio o centro en el que se intersectan, debería colocarse la punta fija del compás, y hacia cada ángulo del cuadrado se marca un módulo;..."

LOS CUATRO LIBROS DE LA ARQUITECTURA - LIBRO PRIMERO, Capítulo XVII, Del Órden Conrintio - Andrea Palladio